El pañuelo dorado

Érase una vez un Ángel que se sentía tan solo,

que decidió raptar a tres niños de una aldea para que sean sus amigos.

El Ángel creó una nueva aldea con todo lo que un niño podría desear,

pero aún así,

los niños no querrían ser amigo de él

sí recordaban a los amigos de su vieja aldea.

Entonces el Ángel no tuvo más remedio

que borrarles la memoria por completo.

Después les dijo:

—"Tú te llamarás Roberto."

—"Tú te llamarás Emma."

—"Y tú serás, Liam."

Para darle las gracias al Ángel,

Liam le regaló su pañuelo dorado.

Muy contento,

el Ángel fué al lago para verse en el reflejo,

pero lo que vió en el reflejo fue un demonio.

Y el demonio le dijo:

"Tú eres yo, y yo soy tú."

—"¿Qué voy a hacer ahora?" - se preguntó el Ángel.

Así que volvió velozmente a su aldea en busca del niño del pañuelo dorado.

"Liam! Liam!" —gritaba el Ángel, pero nadie le respondía.

Se cruzó con Roberto:

"¡Roberto! ¿Has visto al niño del pañuelo dorado?"

—Pero Roberto no dijo nada.

Se cruzó con Emma:

"¡Emma! ¿Has visto al niño del pañuelo dorado?"

—Pero Emma no dijo nada.

A lo lejos pudo observar a Liam frente al lago.

Entonces se acercó a él desesperado y le dijo:

"Liam, ¿Qué me hiciste? ¿De dónde sacaste ese pañuelo dorado?

"¿Quién es Liam?" —Respondió el niño.

"Tú, el del pañuelo dorado, yo te puse ese nombre" —dijo el Ángel.

A lo que el niño respondió:

"Tú eres el del pañuelo dorado, y yo soy tú."